PERÚ Y LUISÓN
PERÚ Y LUISÓN
por Alberto Acosta
Había una vez un niño llamado Pedro, a quien todos en el barrio le llamaban Perú. Él era muy generoso y le gustaba ayudar a las personas. Un día escuchó hablar de Luisón, un ser que vivía en una cueva y sólo salía de ahí para atacar a las personas. Una noche el niño se quedó pensando sobre el Luisón y se dijo a sí mismo ¿por qué será ataca a las personas? ¡Seguramente tiene hambre y por eso ataca a las personas!
Al día siguiente el niño se animó a visitar la cueva y preparó suficiente carne para aquel a quien todos llamaban “monstruo”. Entonces tomó coraje y fue para allá. Por el camino, antes de llegar a la cueva pensó: ¿y si me come el Luisón, que pasará? A pesar de estos pensamientos, igual fue.
El niño llegó ya en el lugar atemorizado y a pesar de eso, entró a la cueva. Entonces, escuchó al Luisón durmiendo. Pensó en despertarlo tirándole una piedra y después darle la carne podrida así para amansarlo. Y así lo hizo. Le tiró una piedra y se despertó el Luisón rugiendo. El niño se asustó y corrió… y dejó caer toda la carne que llevaba. Justo cuando el Luisón lo iba a atrapar, vio en el suelo la carne, miró fijamente al niño y lo dejó escapar.
Después de llegar a casa, Perú pensó: ¿por qué le tuve miedo? Si me quería comer, lo iba a hacer. Y se dijo, si le llevo más carne podrida, puede que me acepte como su amigo. Al día siguiente, el niño volvió de nuevo a la cueva e hizo lo mismo. El Luisón se despertó rugiendo otra vez. Cuando el niño intentó correr, el Luisón le habló diciendo:
- ¿Por qué corres de mi niño generoso? No te voy a hacer nada malo.
El niño paró de correr y le dijo al Luisón
- ¿por qué debería confiar en ti?
El Luisón le respondió.
- Porque tú me salvaste la vida. Cuando me moría de hambre tú me alimentaste. ¡Muchas gracias! Por eso, no te haré ningún daño.
- De nada señor Luisón y dime, ¿no quieres ser mi amigo?
- Por supuesto niño, desde hoy tú serás mi amigo.
Finalmente, gracias a Perú, el Luisón tuvo mucha comida y de ese modo se fue amansando de a poco y se volvió un ser muy bueno. Por las noches, Perú pensaba en lo lindo que era su amistad con Luisón y lo importante que es ser solidario con los que pasan hambre.