EL GUARDIÁN DEL BOSQUE
EL GUARDIÁN DEL BOSQUE
por Publio Cáceres Zeballos
Un día Ramoncito y su familia fueron a visitar a su abuelo que vivía en el campo, lejos de toda población casi en medio de un bosque, ahí el abuelo Julián se dedicaba a la chacra. El abuelo siempre le contaba historias acerca del guardián del bosque, pero Ramoncito nunca le creía.
A Ramoncito no le disgustaba visitar a su abuelo, al contrario, a él le encantaba la naturaleza y disfrutaba de ella. Ya estando allí, Ramoncito como todas las veces que iba de visita a su abuelo, aprovecha parar recorrer el bosque. A él le gustaba caminar, observar, escuchar y admirar a las aves. Esa vez Ramoncito no se imaginaba que las cosas cambiarían. Al caminar un largo rato y no encontrar rasgos ni señal de alguna ave, Ramoncito a lo lejos se percata de dos cazadores, estos llevaban tiempo casando aves en aquella zona del bosque. En ese momento Ramoncito salió corriendo del lugar a avisar a su abuelo de los cazadores.
¡Abuelitooooo! gritaba Ramoncito, ¡abuelitooo!, decía mientras apenas respiraba por haber corrido tanto, pero se tropieza con una piedra y queda tendido en el suelo por un rato. En aquel momento un señor con aspecto de viejo, bajito, muy peludo, pero con carácter amigable pasa a lado suyo y este ayuda a Ramoncito a levantarse y le pregunta:
¿Acaso tu eres unos de los cazadores que anda asustando a mis aves, amenazando acabar con los árboles del bosque?
Ramoncito un poco confundido responde:
No, señor, solo soy Ramoncito, nieto de don Julián.
En ese momento el señor se da cuenta que el niño es de corazón noble e inocente, pero igual lo regaña.
¡Entonces no deberías andar solo por el bosque, es peligroso para un niño, además andan dos cazadores por aquí cerca!
Lo sé, señor, pero a mí me encanta el bosque y ya estaba de regreso a casa cuando tropecé y ya no pude levantarme, pero no entiendo que tiene que ver las aves con el bosque ¿acaso las aves son las encargadas de construir los árboles?
El viejo señor de ríe del niño y luego le responde:
¿Acaso no lo sabes? Está muy bien tu interpretación, pero ellos no se encargan de construir árboles, más bien las aves son las encargadas de dispersar las semillas de los frutos para que nuevos árboles nazcan.
Ramoncito nunca pensó que el bosque necesitara de las aves para que nazcan nuevos árboles y le responde:
Eso no lo sabía, a mí me encanta el bosque, pero esta vez está muy distinto de las otras veces que vine a visitar a mi abuelo.
En ese momento con tono de tristeza y agachando la cabeza, Ramoncito expresó:
Ya no se escuchan las aves cantar, ya no hay aquel olor a viento fresco. Parece que todo está sin vida y ya nada es como antes.
El señor notó la tristeza del niño y le dijo:
No te preocupes niño yo soy el guardián del bosque quien ha regresado de sus pequeñas vacaciones y que ahora impondrá orden en el bosque, para que el bosque vuelva a ser como antes. Lleno de vida. Esos hombres con los corazones repletos de soberbia y arrogancia pagarán por lo que les han hecho a mis animales.
Ramoncito aun no creía que aquel señor fuera el guardián del bosque, aquel del que siempre le había contado su abuelo Julián.
Luego de eso el viejo espanto y asustó tan grande a los cazadores que nadie más escucho hablar de ellos.
Después de un tiempo Ramoncito volvió a visitar a su abuelo y muy feliz de que hayan vuelto a crecer nuevos árboles y a percibirse el sonido de las aves en el bosque, Ramoncito le comenta a su abuelo que había conocido a un viejo señor, bajito y peludo que se hacía llamar el guardián del bosque.
No sé quién haya sido aquel hombre, pero ha cumplido con su promesa de ahuyentar a los cazadores y devolver las aves y los árboles al bosque.
El abuelo quedó sorprendido por un momento, se había dado cuenta de que su nieto se había encontrado al mismísimo pombero. Al rato el abuelo le contesta:
Así es Ramoncito, no importa cuánto el hombre quiera destruir la naturaleza, el guardián del bosque siempre cuidara de él.
Pero más allá de eso Ramoncito aprendió que en la naturaleza todos se necesitan del otro para poder progresar, así como los árboles necesitan de las aves para poder nacer, las aves necesitan de los árboles para poder alimentarse.